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La Pelada
La historia: Welcome
Cuando tenĆa veinticinco, me mudĆ© a la casa mĆ”s fiel a la guĆa del feng shui de entre todos los lugares en los que irĆa a vivir. La ambientación era minimalista, y por primera vez no tenĆa un cĆŗmulo de porquerĆas innecesarias en cada cajón y puerta de placard. Incluso, podĆa hacer un inventario completo de las cosas que habĆa en mi cuarto, en tres minutos.
Para todo habĆa un lugar especĆfico, estratĆ©gicamente planificado para ser prĆ”ctico y quedar lindo. El mĆ©rito era de mi compaƱera Camila, cuya caracterĆstica principal es ser una manĆaca de la armonĆa espacial, y como la casa era de las dos, no me quedó otra que seguirle el ritmo y convertirme yo tambiĆ©n en una artista del orden y el equilibrio.
Cada dĆa aprendĆa algo nuevo: cómo doblar bolsas de nylon en distintas formas geomĆ©tricas, tĆ©cnicas para clasificar libros o cómo compartimentar granos, especias y harinas de forma tal que la cantidad del envase original coincidiera a la perfección con su nuevo recipiente de destino. Al principio, terminaba siempre nadando en areneros de ajĆ y cardamomo, pero de a poco le fui agarrando la mano, hasta convertirme en una cinturón negro de almacenar especias. Llegaba con las bolsas del sĆŗper, y haciendo malabares de ojos cerrados, rellenaba acertadamente todos los envases.
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La historia: About
Progresivamente, los ejƩrcitos del orden comenzaron a conquistar nuevos territorios de mi vida.
Todos mis hĆ”bitos se repetĆan de manera rigurosa, siempre a la misma hora, en los mismos dĆas.
Sin necesidad de programar el despertador, me levantaba todos los lunes, miĆ©rcoles yĀ viernes,Ā a las 6:47. Los dĆas restantes, 6:53.
Los dĆas pares, se me antojaban dos aceitunas a las 12:14, y los impares, tres nueces a las 12:15.
A las 15:23 de los martes, comenzaba a sentir tensión en el cuello, y 16:12 se me pasaba. Los jueves, sin embargo, a esas mismas horas, me daban ataques de risa.
A su vez, mis deseos fueron perdiendoĀ la cualidad impulsiva que suele caracterizar a los deseos, y mis pensamientos, la capacidad de distraerse y desenfocarse.Ā Ćnicamente tomaban el mandoĀ aquellos que correspondĆan a su horario, y los demĆ”s,Ā obedecĆan como si fueran soldados de una legión a su general.
La historia: Text
La historia: Opening Hours
Era magnĆ©tica. Su singularidad me atrajo con el mismo frenesĆ de los perros al perseguir con ladridos las ruedas en movimiento. Aunque a decir verdad, el hechizo de La Pelada no escondĆa ningĆŗn truco de magia. En compaƱĆa de aquella mujer, en quien todo funcionaba como un electrocardiograma, pude darme cuenta de lo desesperadamente insulsa que era mi vida sin los excesos o defectos del desequilibrio, y de lo mucho que los necesitaba.
Fue asĆ como me terminó absorbiendo, como un astro que no puede escapar de la fuerza ineludible de un agujero negro, apropiĆ”ndose de minutos que no le correspondĆan, que luego se transformaron en horas, y finalmente en dĆas enteros.
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La historia: Text
El invierno de ese aƱo fue uno de los mĆ”s frĆos de la historia, por lo que pasar jornadas enteras a la intemperie resultaba cada vez mĆ”s difĆcil.
Dos cosas eran seguras: la primera era que no iba a renunciar a mis encuentros con La Pelada, y la segunda que Camila nunca iba a tolerar su presencia en la casa. AsĆ que decidĆ no decirle nada, y mantener reuniones secretas en mi dormitorio.
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Esconder a un humano no es tarea sencilla. Esconder a un humano con las caracterĆsticas de La Pelada, ni un agente secreto de la mafia rusa lo hubiera conseguido.
IntentĆ© convencerla de que lo que tenĆa era un hĆ”mster, pero las mascotas en general no fuman, y la casa estaba de pronto invadida por un humo espeso y oloroso, proveniente de los cócteles de sustancias que consumĆa La Pelada.
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Me vi obligada a tomar una decisión
La historia: Text
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