top of page
"La Pelada" es un relato de autoficción.
La Pelada no sólo no se fue, sino que además, se instaló en la casa.
La situación se tornó bastante incómoda, y empeoró aún más cuando sus catorce "wachos" descubrieron en dónde estaba viviendo, teniendo la maravillosa idea de mudarse con ella.
Camila, que aún conservaba su estabilidad mental y emocional, con una paciencia envidiable hasta para un monje budista, fue disciplinando a nuestros bárbaros compañeros de piso, para convertirlos en reyes y reinas de construir matrioskas de objetos por todos lados.
Se tomó el trabajo de diseñar una planificación educativa meticulosa y exhaustiva, que logró superar cada obstáculo del camino hacia la civilización.
​
Cuando quisimos acordar, tenÃamos un ejército.
​
Al fin y al cabo, la resignación nunca es una opción.
​
Echar a La Pelada: Text
bottom of page